Freud

Hace unos cuantos fines de semana  tuve la suerte de poder ir a la Casa Museo de Sigmund Freud, que pasó sus últimos años de vida en el norte de Londres, como tantos otros muchos refugiados judíos.

En una área residencial poblada, diríamos, por clase alta, se esconde la casita en cuestión. ¡Qué impresión entrar en una casa con tantos años e historia! Parcialmente amueblada al estilo de los dueños, que de austero tenía poco, a uno se le llenan las narices de polvo e historia.

Y es que Freud era una amante empedernido de la paleontología y su estudio-despacho es un reflejo de ello. En esa pasión encontró un paralelismo con la mente humana, en la que existen capas y capas, y si se exacaba, se encuentra el inconsciente, que, según Freud, puede estar reprimido por la misma mente, que no quiere tener en primera fila ningún pensamiento aterrador.

Se trasladó con casi TODAS las figuras, piedras, bustos y muebles de su casa de Viena y con ellos, su famoso diván, donde sus pacientes se someterían a psicoanálisis. El psicoanalista, Freud, y más tarde su hija Anna Freud,  se situaban fuera de la vista del paciente, para que este abriera su insconciente sin prejuicios, curando así sus más oscuros miedos.

freud

No hace  mucho me comentaba una amiga que lleva haciendo psicoterapia desde hace un tiempo, que recientemente ha cambiado de psicólogo y terapia, y que está muy sorprendida. Queda aún pendiente que me pase los detalles, pero vino a decirme que era completamente distinto a lo que venía haciendo hasta ahora. Ya no tenía que hablar y hablar hasta sacar algo que al psicoanalista le pareciera interesante indagar, sino que ahora el que hablaba era el profesional. Osea que ella se sentaba y escuchaba a su nuevo terapeuta discurrir en torno a un tema o varios y ella intervenía si le parecía. Me decía mi amiga que estaba medio loco, porque a veces formulaba bárbaras elucubraciones que no entendía de donde las sacaba, pero quizá era esa su intención. Acción, reacción.

Y es que terapias hay muchas. A mi me educaron en la logoterapia, “reconocida a nivel mundial como la Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia , entendiendo como la primera al Psicoanálisis de Sigmund Freud y como la segunda a la Psicología Individual de Alfred Adler.”

Y citando a su creador, el Dr. Frankl, “…llegué a comprender que lo primordial es estar siempre dirigido o apuntado hacia algo o alguien distinto de uno mismo: hacia un sentido que cumplir u otro ser humano que encontrar, una causa a la cual servir o una persona a la cual amar “.

Así que mi punto de vista interno, mi yo, está orientado a algo externo, persona, valor o meta, y por eso funciona y avanza.

Feliz lunes tengáis todos, seres externos a mi. 🙂

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